jueves, 24 de octubre de 2013

Biografía de Erich Fromm


Vida de Erich Fromm

En la Muerte de Erich Fromm

La teoria de Erich Fromm.

 La teoría de Fromm es más bien una combinación de Freud y Marx. Por supuesto, Freud enfatizó sobre el inconsciente, los impulsos biológicos, la represión y demás. En otras palabras, Freud postuló que nuestro carácter estaba determinado por la biología. Por otro lado, Marx consideraba a las personas como determinados por su sociedad y más especialmente por sus sistemas económicos. Fromm añadió a estos dos sistemas deterministas algo bastante extraño a ellos: la idea de libertad. Él animaba a las personas a trascender los determinismos que Freud y Marx les atribuían. De hecho, Fromm hace de la libertad la característica central de la naturaleza humana. Como dice el autor, existen ejemplos donde el determinismo opera en exclusividad. Un buen ejemplo sería el determinismo casi puro de la biología animal, al igual que dice Freud, por lo menos aquellas especies simples. Los animales no están ocupados en su libertad; sus instintos se hacen cargo de todo. La marmota, por ejemplo, no necesita un cursillo para decidir que van a ser cuando sean mayores; ¡serán marmotas!. Un buen ejemplo de determinismo socio-económico (al igual que considera Marx), es la sociedad tradicional de la Edad Media. De la misma manera que las marmotas, pocas personas de esta etapa necesitaban consultorías profesionales: tenían el destino; esa Gran Cadena del Ser, para decirles qué hacer. Básicamente, si tu padre era un labrador, tú serías labrador. Si tu padre era rey, tú también llegarías a serlo. Y si eras una mujer, bueno, solo existía un papel para la mujer. En la actualidad, miramos la vida de la Edad Media o vemos la vida como un animal y simplemente nos encogemos de miedo. Pero la verdad es que la falta de libertad representada por el determinismo social o biológico es fácil: tu vida tiene una estructura, un significado; no hay dudas, no hay motivo para la búsqueda de un alma; simplemente nos adaptamos y nunca sufrimos una crisis de identidad. Históricamente hablando esta simple pero dura vida empieza a perfilarse durante el Renacimiento, donde las personas empiezan a considerar a la humanidad como el centro del universo, en vez de Dios. En otras palabras, no solamente nos llevamos de ir a la iglesia (o a cualquier otra institución tradicional) para buscar el camino que vamos a seguir. Después vino la Reforma, que introdujo la idea de cada uno de nosotros éramos responsables individualmente de la salvación de nuestra alma. Y luego sobrevinieron las revoluciones democráticas tales como la Revolución Americana y la Francesa. En este momento parece que estamos supuestos a gobernarnos a nosotros mismos. Posteriormente vino la Revolución Industrial y en vez de trillar los cereales o de hacer cosas con nuestras manos, teníamos que vender nuestro trabajo a cambio de dinero. De repente, nos convertimos en empleados y consumidores. Luego vinieron las revoluciones socialistas tales como la rusa y la china, que introdujeron la idea de la economía participativa. Además de ser responsable de tu manutención, tenías que preocuparte de tus empleados. Así, tras casi 500 años, la idea del individuo, con pensamientos, sentimientos, consciencia moral, libertad y responsabilidad individuales, se estableció. Pero junto a la individualidad vino el aislamiento, la alienación y la perplejidad. La libertad es algo difícil de lograr y cuando la tenemos nos inclinamos a huir de ella. Fromm describe tres vías a través de las cuales escapamos de la libertad: Autoritarismo. Buscamos evitar la libertad al fusionarnos con otros, volviéndonos parte de un sistema autoritario como la sociedad de la Edad Media. Hay dos formas de acercarse a esta postura: una es someterse al poder de los otros, volviéndose pasivo y complaciente. La otra es convertirse uno mismo en un autoritario. De cualquiera de las dos formas, escapamos a una identidad separada. Fromm se refiere a la versión más extrema de autoritarismo como masoquismo y sadismo y nos señala que ambos se sienten compelidos a asumir el rol individualmente, de manera que aunque el sádico con todo su aparente poder sobre el masoquista, no es libre de escoger sus acciones. Pero existen posturas menos extremas de autoritarismo en cualquier lugar. En muchas clases, por ejemplo, hay un contrato implícito entre estudiantes y profesores: los estudiantes demandan estructura y el profesor se sujeta en sus notas. Parece inocuo e incluso natural, pero de esta manera los estudiantes evitan asumir cualquier responsabilidad en su aprendizaje y el profesor puede evadirse de abordar las cuestiones verdaderamente de interés en su campo. Destructividad. Los autoritarios viven una dolorosa existencia, en cierto sentido, eliminándose a sí mismos: ¿si no existe un yo mismo, cómo algo puede hacerme daño?. Pero otros responden al dolor volviéndolo en contra del mundo: si destruyo al mundo, ¿cómo puede hacerme daño?. Es este escape de la libertad lo que da cuenta de la podredumbre indiscriminada de la vida (brutalidad, vandalismo, humillación, crimen, terrorismo…). Fromm añade que si el deseo de destrucción de una persona se ve bloqueado, entonces puede redirigirlo hacia adentro de sí mismo. La forma más obvia de auto destructividad es por supuesto, el suicidio. Pero también podemos incluir aquí muchas enfermedades como la adicción a sustancias, alcoholismo o incluso la tendencia al placer de entretenimientos pasivos. Él le da una vuelta de tuerca a la pulsión de muerte de Freud: la auto destructividad es una destructividad frustrada, no al revés. Conformidad autómata. Los autoritarios se escapan de su propia persecución a través de una jerarquía autoritaria. Pero nuestra sociedad enfatiza la igualdad. Hay menos jerarquía en la que esconderse que lo que parece (aunque muchas personas las mantienen y otras no). Cuando necesitamos replegarnos, nos refugiamos en nuestra propia cultura de masas. Cuando me visto en la mañana, ¡hay tantas decisiones que tomar!. Pero solo necesito ver lo que tienes puesto y mis frustraciones desaparecen. O puedo fijarme en la TV que, como un horóscopo, me dirá rápida y efectivamente qué hacer. Si me veo como…, si hablo como…, si pienso como…, si siento como…cualquier otro de mi sociedad, entonces pasaré inadvertido; desapareceré en medio de la gente y no tendré la necesidad de plantearme mi libertad o asumir cualquier responsabilidad. Es la contraparte horizontal del autoritarismo. La persona que utiliza la conformidad autómata es como un camaleón social: asume el color de su ambiente. Ya que se ve como el resto de los demás, ya no tiene que sentirse solo. Desde luego no estará solo, pero tampoco es él mismo. El conformista autómata experimenta una división entre sus genuinos sentimientos y los disfraces que presenta al mundo, muy similar a la línea teórica de Horney. De hecho, dado que la “verdadera naturaleza” de la humanidad es la libertad, cualquiera de estos escapes de la misma nos aliena de nosotros mismos. Como lo dice Fromm:
El hombre nace como una extrañeza de la naturaleza; siendo parte de ella y al mismo tiempo trascendiéndola. Él debe hallar principios de acción y de toma de decisiones que reemplacen a los principios instintivos. Debe tener un marco orientativo que le permita organizar una composición consistente del mundo como condición de acciones consistentes. Debe luchar no solo contra los peligros de morir, pasar hambre y lesionarse, sino también de otro peligro específicamente humano: el de volverse loco. En otras palabras, debe protegerse a sí mismo no solo del peligro de perder su vida, sino de perder su mente (Fromm, 1968, p. 61, en su original en inglés. N.T.).
Yo añadiría aquí que la libertad es de hecho una idea compleja, y que Fromm está hablando aquí de una “verdadera” libertad personal, más que de una libertad meramente política (usualmente llamada liberalismo): la mayoría de nosotros, ya seamos libres o no, tendemos a acariciar la idea de libertad política, dado que supone que podemos hacer lo que queramos. Un buen ejemplo sería el sadismo sexual (o masoquismo) que tiene una raíz psicológica que condiciona el comportamiento. Esta persona no es libre en el sentido personal, pero agradecerá una sociedad políticamente libre que diga que aquello que hace los adultos entre ellos no es de su incumbencia. Otro ejemplo nos concierne a muchos de nosotros en la actualidad: nosotros podemos estar peleando por nuestra libertad (en el sentido político), y aún cuando lo consigamos, tendemos a ser conformistas y más bien irresponsables. ¡Tenemos el voto, pero fallamos en su aplicación!. Fromm tiende mucho a la libertad política; pero es bastante insistente en que hagamos uso de esa libertad y ejercer la responsabilidad inherente a ella.
Familias Escoger la forma en la cual escapamos de la libertad tiene bastante que ver con el tipo de familia en la que crecemos. Fromm describe dos tipos de familias no productivas. Familias simbióticas. La simbiosis es la relación estrecha entre dos organismos que no pueden vivir el uno sin el otro. En una familia simbiótica, algunos miembros de la familia son “absorbidos” por otros miembros, de manera que no pueden desarrollar completamente sus personalidades por sí mismos. El ejemplo más obvio es el caso donde los padres “absorben” al hijo, de forma que la personalidad del chico es simplemente un reflejo de los deseos de los padres. En muchas sociedades tradicionales, este es el caso con muchos niños, especialmente de las niñas. El otro ejemplo es el caso donde el niño “absorbe” a sus padres. En este caso, el niño domina o manipula al padre, que existe esencialmente para servir al niño. Si esto les suena extraño, déjenme asegurarles que es bastante común, especialmente en las sociedades tradicionales y particularmente en la relación entre el hijo y su madre. Dentro de este contexto de cultura particular, es incluso necesario: ¿de qué otra manera aprende el niño el arte de la autoridad que necesitará para sobrevivir como adulto?. En realidad, prácticamente todo el mundo de una sociedad tradicional aprende como ser tanto dominante como sumiso, ya que casi todo el mundo tiene a alguien por encima o debajo de él en la jerarquía social. Obviamente, el escape autoritario de la libertad está estructurado en tal sociedad. Pero, obsérvese que por mucho que pueda ofender nuestros modernos estándares de igualdad, esta es la forma en que las personas hemos vivido por cientos de años. Es un sistema social bastante estable, que nos permite un gran monto de amor y amistad y billones de personas lo secundan. Familias apartadas. De hecho, su principal característica es su gélida indiferencia e incluso su odio helado. Aún cuando el estilo familiar de “repliegue” ha estado siempre con nosotros, ha llegado solo a dominar algunas sociedades en los últimos pocos cientos de años; esto es, desde que la burguesía ( la clase comerciante) arribó a la escena con fuerza. La versión “fría” es la más antigua de las dos, propia del norte de Europa y partes de Asia, y en todas aquellas partes donde los comerciantes han sido considerados como una clase formidable. Los padres son muy exigentes con sus hijos, de los cuales se espera que persigan los más altos estándares de vida. Los castigos no son cuestión de un coscorrón en la cabeza en medio de una discusión durante la cena; es más bien un proceso formal; un ritual completo que posiblemente envuelve romper la discusión y encontrarse en el bosque para discutir el tema. El castigo es radical y frío, “por tu propio bien”. De forma alternante, una cultura puede utilizar la culpa y la retirada de afecto como castigo. De cualquiera de las maneras, los niños de estas culturas se tornan hacia el logro en cualquiera que sea la noción de éxito que éstas posean. El estilo puritano de familia defiende la huida destructiva de la libertad, lo cual es internalizado a menos que algunas circunstancias (como la guerra) no lo permitan. Yo añadiría aquí que este tipo de familias propulsa una forma más rápida de perfeccionismo (viviendo según las reglas) que es también una forma de evitar la libertad que Fromm no menciona. Cuando las reglas son más importantes que las personas, la destructividad es inevitable. El segundo tipo de familias apartadas es la familia moderna, y se puede hallar en la mayoría de los lugares más avanzados del mundo, de manera especial en EEUU. Los cambios en las actitudes de la crianza infantil a llevado a muchas personas a estremecerse ante el hecho de un castigo físico y culpa en la educación de sus hijos. La nueva idea es a criar a tus hijos como tus iguales. Un padre debe ser el mejor “compi” de su hijo; la madre debe ser la mejor compañera de su hija. Pero, en el proceso de controlar sus emociones, los padres se vuelven bastante indiferentes. Ya no son, de hecho, verdaderos padres, solo cohabitan con sus hijos. Los hijos, ahora sin una auténtica guía adulta, se vuelven a sus colegas y la “media” en busca de sus valores. Esta es, por tanto, ¡la superficial y televisiva familia!. El escape de la libertad es particularmente obvia aquí: es una conformidad autómata. Aunque todavía esta familia está en minoría en el mundo (salvo, por supuesto, en la TV), esta es una de las principales preocupaciones de Fromm. Parece ser el presagio del futuro. ¿Qué hace a una familia buena, sana y productiva?. Fromm sugiere que ésta sería una familia donde los padres asumen la responsabilidad de enseñar a sus hijos a razonar en una atmósfera de amor. El crecer en este tipo de familias permite a los niños aprender a identificar y valorar su libertad y a tomar responsabilidades por sí mismos y finalmente por la sociedad como un todo. El inconsciente social Pero nuestras familias la mayoría de las veces sólo son un reflejo de nuestra sociedad y cultura. Fromm enfatiza que embebemos de nuestra sociedad con la leche de nuestra madre. Es tan cercana a nosotros que con frecuencia olvidamos que nuestra sociedad es tan sólo una de las múltiples vías de lidiar con las cuestiones de la vida. Muchas veces creemos que la manera en que hacemos las cosas es la única forma; la forma natural. Lo hemos asumido tan bien que se ha vuelto inconsciente (el inconsciente social, para ser más precisos ? también llamado inconsciente colectivo, aunque esta expresión está atribuida a otro autor. N.T.). Por esta razón, en muchas ocasiones creemos que estamos actuando en baso a nuestro propio juicio, pero sencillamente estamos siguiendo órdenes a las que estamos tan acostumbrados que no las notamos como tales. Fromm cree que nuestro inconsciente social se entiende mejor cuando examinamos nuestros sistemas económicos. De hecho, define, e incluso nombra, cinco tipos de personalidad, las cuales llama orientaciones en términos económicos. Si lo desea, puede aplicarse un test de personalidad hecho a partir de los adjetivos que Fromm usa para describir sus orientaciones. Haga clic aquí para verlo. La orientación receptiva. Estas son personas que esperan conseguir lo que necesitan; si no lo consiguen de forma inmediata, esperan. Creen que todas las cosas buenas y provisiones provienen del exterior de sí mismos. Este tipo es más común en las poblaciones campesinas, y también en culturas que tienen abundantes recursos naturales, de manera que no es necesario trabajar demasiado fuerte para alcanzar el sustento propio (¡aún cuando la naturaleza pueda repentinamente limitar sus fuentes!). También es fácil encontrarlo en la escala más inferior de cualquier sociedad: esclavos, siervos, familias de empleados, trabajadores inmigrantes…todos ellos están a merced de otros. Esta orientación está asociada a familias simbióticas, especialmente donde los niños son “absorbidos” por sus padres y con la forma masoquista (pasiva) de autoritarismo. Es similar a la postura oral pasiva de Freud; a la “leaning-getting” de Adler (acomodada) y a la personalidad conformista de Horney. En su presentación extrema puede caracterizarse por adjetivos como sumiso y anhelante. De forma más moderada, se presenta con adjetivos como resignada y optimista. La orientación explotadora. Estas personas esperan conseguir lo que desean a través de la explotación de otros. De hecho, las cosas tienen un valor mayor cuanto sean tomadas de otros: la dicha es preferiblemente robada, las ideas plagiadas, y el amor se consigue basándose en coerción. Este tipo es más común en la historia de las aristocracias y en las clases altas de los imperios coloniales. Piénsese por ejemplo en los ingleses en la India: su posición estaba basada completamente en su poder para arrebatar a la población indígena. Alguna de sus características más notables es la habilidad de mantenerse muy cómodos ¡dando órdenes!. También la podemos encontrar en los bárbaros pastores y pueblos que se apoyan en la invasión (como los Vikingos. La orientación explotadora está asociada al lado “chupóptero” en la familia simbiótica y con el estilo masoquista del autoritarismo. Es el oral agresivo de Freud, el dominante de Adler y los tipos agresivos de Horney. En los extremos, son sujetos agresivos, seductores y engreídos. Cuando están mezclados con cualidades más sanas, son asertivos, orgullosos y cautivadores. La orientación acaparadora. Las personas que acumulan tienden a mantener consigo esas cosas; reprimen. Consideran al mundo como posesiones y como potenciales posesiones. Incluso los amados son personas para poseer, mantener o comprar. Fromm, perfilando a Marx, relaciona este tipo de orientación con la burguesía, la clase media comerciante, así como los terratenientes ricos y los artistas. Lo asocia particularmente con la ética laboral protestante y con grupos puritanos tales como los nuestros. La retención está asociada a las formas más frías de familias apartadas y con destructividad. Yo añadiría aquí que existe también una clara relación con el perfeccionismo. Freud llamaría a este tipo de orientación el tipo anal retentivo; Adler (hasta cierto punto), le llamaría el tipo evitativo y Horney (más claramente) el tipo resignado. En su forma pura, significa que eres terco, tacaño y poco imaginativo. Si perteneces a una forma menos extrema, serías resolutivo, económico y práctico. La orientación de venta. Esta orientación espera vender. El éxito es una cuestión de cuán bien puedo venderme; de darme a conocer. Mi familia, mi trabajo, mi escuela, mis ropas; todo es un anuncio, y debe estar “perfecto”. Incluso el amor es pensado como una transacción. Solo en esta orientación se piensa en el contrato matrimonial (estamos de acuerdo en que tú me darás esto y lo otro y yo te daré aquello y demás). Si uno de nosotros falla en su acuerdo, el matrimonio se anulará o se evitará (sin malos sentimientos; incluso ¡podríamos ser muy buenos amigos!. De acuerdo con Fromm, es la orientación de la sociedad industrial moderna. ¡Esta es nuestra orientación!. Este tipo moderno surge de la fría familia apartada, y tiende a utilizar la conformidad autómata para escapar de la libertad. Adler y Horney no tienen un equivalente en sus teorías, pero quizás Freud sí: sería por lo menos algo cercano a la vaga personalidad fálica, el tipo que vive sobre la base del flirteo. En un extremo, la persona “que se vende” es oportunista, infantil, sin tacto. En casos más moderados, se perciben como resueltos, juveniles y sociales. Nótese que nuestros valores actuales se nos expresan a través de la propaganda: moda, salud, juventud eterna, aventura, temeridad, sexualidad, innovación…estas son las preocupaciones del “yuppie”. ¡Lo superficial lo es todo!. La orientación productiva. Existe, no obstante, una personalidad más sana, a la que Fromm ocasionalmente se refiere como la persona que no lleva máscara. Esta es la persona que sin evitar su naturaleza social y biológica, no se aparta nunca de la libertad y la responsabilidad. Proviene de una familia que ama sin sobresaturar al sujeto; que prefiere las razones a las reglas y la libertad sobre la conformidad. La sociedad que permita un crecimiento de este tipo de personas no existe aún, de acuerdo con Fromm. Por supuesto, que él tiene una idea de cómo debería ser. Lo llama socialismo comunitario humanista, ¡menudo bocado! Y desde luego no está compuesto por palabras que precisamente sean muy bienvenidas en EEUU; pero déjenme explicarme: Humanista significa que está orientado a seres humanos y no sobre otra entidad estatal superior (en absoluto) o a algún ente divino. Comunitario significa compuesto de pequeñas comunidades (Gesellschaften, en alemán), como opuesto a un gran gobierno central corporativo. Socialismo significa que cada uno es responsable del bienestar del vecino. Además de comprensible, ¡todo esto es muy difícil de argumentar bajo el idealismo de Fromm. Fromm dice que las primeras cuatro orientaciones (a las cuales otros llaman neurótica) viven el modo (o modelo) de tenencia. Se centran en el consumo, en obtener, en poseer…Se definen por lo que tienen. Fromm dice que el “yo tengo” tiende a convertirse en el “ello me tiene”, volviéndonos sujetos manejados por nuestras posesiones. Del otro lado, la orientación productiva vive en el modo vivencial. Lo que eres está definido por tus acciones en el mundo. Vives sin máscara, viviendo la vida, relacionándote con los demás, siendo tú mismo. Dice que la mayoría de las personas, ya acostumbradas al modo de tenencia, usan el verbo tener para describir sus problemas: “Doctor, tengo un problema: tengo insomnio. Aunque tengo una bonita casa, niños estupendos y un matrimonio feliz, tengo muchas preocupaciones.” Este sujeto busca al terapeuta para que le quite las cosas malas y que le deje las buenas; casi igual que pedirle a un cirujano que te quite las piedras de tu vesícula. Lo que deberías decir es más como “estoy confuso. Estoy felizmente casado, pero no puedo dormir…”. Al decir que tienes un problema, estás evitando el hecho de que tú eres el problema; una vez más estás evitando la responsabilidad de tu vida.

Orientación Sociedad Familia Escape de la libertad
Receptivo Sociedad campesina Simbiótica (passiva) Autoritario (masoquista)
Explotador Sociedad aristocrática Simbiótica (activa) Autoritario (sádico)
Acaparadora Sociedad burguesa Apartada (puritana) Perfeccionista a destructivo
De venta Sociedad moderna Apartada (infantil) Conformista autómata
Productiva Socialismo Comunitario Humanista Amorosa y razonable Libertad y responsabilidad reconociea y aceptada

Maldad Fromm siempre estuvo interesado en tratar de comprender a las personas verdaderamente malévolas de este mundo; no solamente a aquellas que sencillamente eran estúpidas, estaban mal guiadas o enfermas, sino a aquellas con total conciencia de maldad en sus actos, fuesen llevados a cabo como fuere: Hitler, Stalin, Charles Manson, Jim Jones y así sucesivamente; desde los menos hasta los más brutales.
Todas las orientaciones que hemos mencionado, productivas y no productivas; sea en el modo de tenencia o de ser, tienen una cosa en común: todas constituyen un esfuerzo para vivir. Igual que Horney, Fromm creía que incluso el neurótico más miserable por lo menos está intentando adaptarse a la vida. Son, usando su palabra, biófilos, amantes de la vida. Pero existe otro tipo de personas que él llama necrófilos (amantes de la muerte). Tienen una atracción pasional de todo lo que es muerte, destrucción, podredumbre, y enfermizo; es la pasión de transformar todo lo que está vivo en lo no-vivo; de destruir por el solo hecho de destruir; el interés exclusivo en todo esto es puramente mecánico. Es la pasión de “destrozar todas las estructuras vivientes”. Si nos trasladamos al pasado cuando estábamos en el instituto, podemos visualizar algunos ejemplos: aquellos que eran unos verdaderos aficionados a las películas de terror. Estas personas podrían haber diseñado modelos y artilugios de tortura y guillotinas y les encantaba jugar a la guerra. Les encantaba explotar cosas con sus juegos de química y de vez en cuando torturaban a algún pequeño animal. Les encantaban las armas y eran manitas con todos los artilugios mecánicos. A mayor sofisticación tecnológica, mayor era su felicidad. Beavis y Butthead (los personajes de la televisión musical famosa) están modelados bajo este esquema.
Recuerdo haber visto en una ocasión una entrevista en la televisión, cuando la pequeña guerra que tuvo lugar en Nicaragua. Había un montón de mercenarios americanos dentro de los “Contras” y uno en particular llamó la atención del reportero. Era un experto en municiones (ése que vuela puentes, edificios y por supuesto, ocasionalmente, soldados enemigos). Cuando se le preguntó cómo se había involucrado en este tipo de trabajo, sonrió y le dijo al reportero que quizás a él no le gustaría escuchar su historia. Ya sabes, cuando era niño, le gustaba poner petardos en la parte trasera de pequeños pájaros que había capturado; encendía la mecha, les dejaba ir y veía como explotaban en el aire. Este hombre era un necrofílico. (Un ejemplo adicional y gráfico más cercano podemos verlo en el personaje de Sid en la película Toy Story. N.T.). Fromm hace algunas sugerencias sobre cómo surge este tipo de sujetos. Dice que debe existir algún tipo de influencia genética que les previene de sentir o responder a los afectos. También añade que deben haber tenido una vida tan llena de frustraciones que la persona se pasa el resto de su vida inmerso en la rabia. Y finalmente, sugiere que deben haber crecido con una madre también necrófila, de manera que el niño no ha tenido a nadie de quien recibir amor. Es muy posible que la combinación de estos tres factores provoque esta conducta. Aún así, subsiste la idea de que estos sujetos son plenamente conscientes de su maldad y la mantienen. Desde luego, son sujetos que necesitan estudiarse más profundamente.
Biófilo Necrófilo
Modo tenencia
Receptivo
Explotador
Acaparadore
De venta
Modo vivencia Productiva



Discusión De alguna forma, Fromm es una figura de transición, o si lo prefiere, un teórico que aúna otras teorías; para nosotros, de forma eminente, une las teorías freudianas con las neo-freudianas que hemos visto (especialmente a Adler y Horney) y las teorías humanistas que discutiremos más adelante. De hecho, está tan cerca de ser un existencialista, que ¡casi no importa!. Creo que el interés en sus ideas será mayor de la misma manera en que la psicología existencial hace. Otro aspecto de su teoría es único de él: su interés en las raíces económicas y culturales de la personalidad. Nadie anterior ni posteriormente a él lo ha dicho de una forma tan directa: nuestra personalidad es hasta una extensión considerable, un reflejo de tales cuestiones como clase social, estatus minoritario, educación, vocación, antecedentes religiosos y filosóficos y así sucesivamente. Esta ha sido una representación no demasiado afortunada, aunque se puede deber a su asociación con el marxismo. Pero es, creo, inevitable que empecemos a considerarla más y más, especialmente como una contrapartida al incremento de la influencia de las teorías biológicas.


Referencias Fromm es un escritor excelente y excitante. Podemos encontrar las bases de sus teorías en Escape from Freedom (1941) y en Man for Himself (1947). Si interesante tratado sobre el amor en el mundo moderno es el llamado The Art of Loving (1956). Mi libro favorito de todos es The Sane Society (1955), el cual debió de hecho haberse llamado “la sociedad insana” ya que prácticamente en su totalidad está dirigido a demostrar cuán loco está nuestro mundo actualmente, y como esto nos lleva a dificultades psicológicas. También ha escrito “el libro” sobre la agresión, The Anatomy of Human Destructiveness (1973), que incluye sus ideas sobre necrofilia. Ha escrito muchos otros grandes libros, incluyendo algunos sobre la Cristiandad, el Marxismo y el Budismo Zen.



El metodo .

Fechas Importantes

Fechas importantes



En 1922, se especializó en Psicoanálisis en la universidad de Munich y en el Instituto Psicoanalítico de Berlín, este último fundado por Sigmund Freud.



En 1924 es psicoanalizado por Wilhelm en Munich y conoce a Frida Reichmann, una psicoanalista con la cual se casa dos años más tarde. Junto con Karl Landauer hace el intento de continuar el psicoanálisis en Frankfurt y renuncia a la práctica de un judaísmo ortodoxo hasta llegar a un ateísmo místico.



En 1927 hace sus primeras publicaciones como psicoanalista ortodoxo. Dentro de los siguientes dos años, funda en Frankfurt el Instituto de Alemania del Sur; y crea el Instituto de Berlín y Psicoanálisis con la ayuda de Hans Sachs.



En 1930 es miembro activo del Instituto de Investigación Social en Frankfurt y finaliza su formación en Berlín. Posteriormente, comienza su práctica profesional en esa misma ciudad.



1933 emigra a tierras americanas, primero a Nueva York, donde conoce a Karen Horney y se desempeña como profesor en las Universidades como Columbia, Michigan, New York y Yale.



En 1941 publica su célebre obra El miedo a la libertad, que le dio realmente a conocer. En esa obra se revelaría un alejamiento definitivo de Freud.



En 1949 se traslada a Cuernavaca, México, de cuya Universidad sería profesor. Desarrolló una teoría política que llamó "Socialismo humanista comunitario"



1955 publica La sociedad sana y el 1956 El Arte de Amar

miércoles, 23 de octubre de 2013

Prensa: periódicos, revistas, magazine, noticias

El miedo a la libertad

La presencia de Fromm en México impulsó formación de psicoanalistas

El Shabbat secular y Erich Fromm.

Intelecto del Mes Erich Fromm

El diario de un católico .

Revista critica del presente " Doble validez de Erich Fromm"

Frases celebres de Erich Fromm memes














Vídeos sobre Erich Fromm y entrevistas .






 


Erich Fromm " Tener al ser " Entrevista .
 
 





El pensamiento vivo de Erich Fromm Conferencia Mónica Espinal



Fromm ( 1958 ) en una entrevista con Mike Wallace " Felicidad "
Transcrito en español :

FROMM: Happiness today, I think is for most people the satisfaction of the eternal suckling, to drink things more – each after the other. FROMM: La felicidad de hoy, creo que es para la mayoría de la gente la satisfacción de la lactancia eterna, cosas para beber más - cada uno después del otro.
WALLACE: And happiness should be ? WALLACE: Y la felicidad debe ser?
FROMM: Happiness should be something which results from the creative, genuine, intensive relatedness, awareness, responsiveness to everything in life, to man, to nature. FROMM: La felicidad debe ser algo que resulta de la creatividad, genuino, la relación intensa, la conciencia, la capacidad de respuesta a todo en la vida, a ti, a la naturaleza. Happiness should not exclude sadness. La felicidad no debe excluir la tristeza. If a person responds to life he is sometimes happy and sometimes sad. Si una persona responde a la vida, a veces feliz ya veces triste. What matters is the response. Lo que importa es la respuesta.
 
 






lunes, 21 de octubre de 2013

Fotos de Libros de Erich Fromm















Articulos Erich Fromm

¿Puede estar enferma una sociedad? - (Erich Fromm, 1955)

Los efectos psíquicos actuales de la orientación mercantil

Erich Fromm y el amor

Rescatar a fromm : Publicado en 1998

Erich Fromm, el judaísmo y la Escuela de Frankfurt

Fromm Erich .El Experimento de la Cárcel de Zimbardo

EL PSICOANÁLISIS HUMANISTA DE ERICH FROMM.

Libros de erich Fromm

Psicoanálisis de la sociedad copontemporaneaPsicoanalisis de la sociedad contemporanea pdf

Etica y Psicoanálisis . Erich Fromm Pdf

Sobre la desobediencia y otros ensayos Pdf Erich Fromm

La revolucion de la esperanza.pdf.

El dogma deCristo.pdf Erich Fromm

Tener y ser Pdf Erich Fromm

Anatomia de la destructividad humana .pdf

El Humanismo Judio . Erich Fromm Pdf

El arte de amar Pdf

El miedo a la Libertad Pdf.

El caracter social del campesino Pdf

Psicoanálisis y religión

Reseñas


Reseña de " El miedo a la libertad "

Reseña de " La vida auténtica "

Reseña de libro " E arte de amar "

Una carta de Adorno a Erich fromm

Erich Fromm: la libertad y la alienación, y amar y ser en la educación

El arte de amar según Erich Fromm

Teorías de la personalidad

"Espíritu y sociedad"



Reseñas de libros : "El Miedo a la libertad", "El Arte de Amar", y "El Corazón del Hombre", Erich Fromm


Revista Costarricense de Cardiología

versión ISSN 1409-4142

Rev. costarric. cardiol vol.13 no.1 San José jun. 2011

 

Reseña del libro

Erich Fromm, uno de los principales renovadores de la teoría y práctica psicoanalítica freudiana del siglo XX. Después de la II guerra mundial, publicó varios libros sobre las tendencias autoritarias de la sociedad contemporánea como el nazismo, el socialismo totalitario soviético así como la sociedad de consumo capitalista y estuvo fuertemente involucrado con los movimientos pacifistas en la época de la guerra de Vietnam. Sus libros más conocidos son "El Miedo a la libertad", "El Arte de Amar", y "El Corazón del Hombre", que se reseña a continuación.

El homo mechanicus sigue gozando del sexo y de la bebida; pero todos esos placeres son buscados dentro de la estructura de referencia de lo mecánico o inánime, ... vive con la ilusión de que está mucho más vivo cuantas más sean las cosas que posee y usa.

... el deseo de protección del ser humano, la satisfacción de su narcicismo, su anhelo de verse libre de los riesgos de la responsabilidad, de la libertad, del conocimiento, ... del amor incondicional. Encontramos una forma de fijación a la madre que es bastante frecuente: estos individuos necesitan una mujer que los consuele, que los ame, que los admire; quieren ser mimados, alimentados, cuidados. Si no obtienen este tipo de amor, tienden a sentirse angustiados y deprimidos... siempre es necesario tener a la mano una figura maternizante, que espera, que formula pocas exigencias o quizá ninguna, una persona con la cual pueda contarse incondicionalmente.

Quien dice: "Yo (y mi familia) somos la gente más admirable del mundo; solo nosotros somos limpios, inteligentes, buenos, decentes; todos los demás son sucios, estúpidos, no tienen honradez y son irresponsables". La mayor parte de la gente lo reputaría tosco, desequilibrado o quizá loco. Pero si un orador fanático habla a un auditorio de masas, sustituyendo el "yo" o "mi familia" por la nación (o la raza, la religión, el partido, etc.), muchos lo alabarán y lo admirarán por su amor al país, a Dios, etc.

Si no corto ese cordón umbilical, si insisto en adorar al ídolo de seguridad y protección, el ídolo se hace sagrado. No debe ser criticado, no puede equivocarse. Quien tiene una convicción bastante fuerte para resistir la oposición de la multitud es la excepción y no la regla; excepción con frecuencia admirada siglos más tarde y de la que, por lo general, se burlaron sus contemporáneos. Para la mayor parte de la gente, razón y realidad no son otra cosa que el consenso público. Uno no "enloquece" nunca cuando no difiere el suyo del pensamiento de ningún otro individuo.

La naturaleza o esencia del hombre no es ...el bien o el mal sino una contradicción ...que exige la búsqueda de soluciones nuevas que crean a su vez, nuevas contradicciones; entonces, el hombre puede realmente resolver su dilema ya de un modo regresivo o un modo progresivo. Cada individuo o grupos de individuos puede regresar en un momento dado a las orientaciones más irracionales y destructoras, y también progresar hacia la orientación ilustrada y progresiva.

Cuanto más tiempo sigamos tomando decisiones equivocadas, más se endurecen nuestros corazones; cuantas más veces tomemos decisiones acertadas, más se ablandan nuestros corazones o mejor quizá, más vida adquieren... el acto de liberarnos nosotros mismos en el proceso de elegir. La posibilidad de la libertad está precisamente en reconocer cuáles son las posibilidades reales entre las que podemos elegir, y cuáles son las posibilidades "irreales" que constituyen las "ideas-deseos" por las que tratamos de ahorrarnos la desagradable tarea de tomar una decisión entre alternativas que son reales pero impopulares (individual o socialmente).

La libertad no es nada que nos sea dado, según Spinoza; es algo que dentro de ciertos límites, podemos adquirir por conocimientos y por esfuerzo. Tenemos la posibilidad de elegir, si tenemos fortaleza y conocimiento. La conquista de la libertad es difícil y por eso, la mayor parte de nosotros no la tenemos.

El bien consiste en transformar nuestra existencia en una aproximación cada vez mayor a nuestra esencia; el mal, en una separación cada vez mayor entre existencia y esencia. Si el grado de libertad para el elegir el bien es grande, se necesita menos esfuerzo para elegir el bien; el hombre que busca una respuesta a la vida, regresando al estado preindividual de existencia, se hace como un animal y se libera así de la carga de la razón.

Reseñas sobre Erich Fromm El concepto de salud mental en la obra de Erich Fromm


Rev. chil. neuro-psiquiatr. v.47 n.2 Santiago jun. 2009

http://dx.doi.org/10.4067/S0717-92272009000200008 

REV. CHIL. NEURO-PSIQUIAT 2009;47(2): 153-162

 

TRABAJO ESPECIAL

 

El concepto de salud mental en la obra de Erich Fromm

 

The concept of mental health in Fromm's work

 

Enrique Ubilla1

1 Consulta privada en Hamburgo. Miembro de la Sociedad Internacional Erich Fromm desde su fundación en 1985 en Tubingen, Alemania.




Resumen

La obra de Erich Fromm se destaca por una visión holística del Hombre. Una preocupación permanente en su obra fue superar el dualismo clásico individuo vs sociedad y desarrollar una visión integradora fundamentada en la relación dialéctica de ambos. El resultado de esto fue su teoría caracterológica con su concepto de carácter social por un lado; y por otro lado su concepto de salud mental. En su labor clínica enfocó su atención a los fundamentos primarios que leterminan la salud mental delHombrey la consiguiente patología cuando estos son entrabados en su desarrollo. Su visión bio-psico-social conduce por lo tanto a un concepto de salud mental integrativo que excede las definiciones médicas tradicionales de su época. Lo fundamental de la visión de Fromm es su comprensión de la situación particular del Hombre en el mundo que él llamó conditio humana.

Palabras clave: Salud mental, concepto holístico, condición humana.



Erich Fromm's work is unique due to his holistic vision of man. His main interest was to overcome the traditional dualism between individual vs. society and to develop a fundamental concept that integrates the dialectical relationship of both. As a result, this was his characterological concept of social character on the one side, and the concept of mental health on the other side. In his clinical work he focused his interests identifying the foundations which determines man's mental health and the ensuing pathology when man is unable to develop it. His bio-psycho-social vision of man, therefore, led to an integrative concept of mental health which exceeded traditional medical definitions of his time. Fromm's fundamental view is his comprehension of the particular human situation in the world, what he calledhumnn condition.

Key words: Mental Health, holistic concept, human condition.

Rev Chil Neuro-Psiquiat 2009; 47 (2): 153-162



 

Introducción

Fromm fue uno de los precursores de una visión que hoy día se denominaría holística e integradora del Hombre y de su salud. Fromm buscó en particular una síntesis de la sociología y el psicoanálisis. Aplicado esto a la salud mental significó, entre otras cosas, que Fromm nunca perdió de vista la sociedad detrás de cada individuo y su psicoanálisis del paciente individual siempre fue al mismo tiempo análisis de la sociedad en la cual este vive.

Erich Fromm formula en su libro postumo "La patología de la normalidad"1, interrogantes básicas que serán el tema de este trabajo. ¿Cuáles son estás preguntas? Primero: ¿Es la salud mental un fenómeno relativo y que depende de la definición que da la sociedad correspondiente? Segundo: ¿Es el criterio de normalidad, es decir del estado mental colectivo o general el canon por el cual se define la salud mental? Tercero: ¿Son ciertas manifestaciones mentales necesariamente signos de enfermedad? Cuarto: ¿Es la adaptación a las circunstancias reinantes en una sociedad un signo obligatorio de salud mental? Quinto: Si la salud mental fuera un fenómeno que sólo puede ser definido en el marco de una sociedad y época específica a analizar, esto llevaría al conocido relativismo sociológico. Si por el contrario el Hombre estuviera determinado biológicamente y su desarrollo sólo fuera mostrando lo que ya está programado de antemano en él nos encontraríamos con un determinismo biologista absoluto. ¿Qué posición asume Fromm entre estos dos extremos? Sexto: ¿Es posible llegar a una definición general y válida para diferentes sociedades y épocas? Esto último significaría de que sería posible hablar de una psicología objetiva o como lo diría Erich Fromm, una Ciencia del Hombre.

La base humanista del concepto de salud mental en Fromm

Su concepto presupone un fundamento básico que se contrapone a la idea relativista-sociológica2. Fromm desarrolla al contrario la idea del Hombre universal. Él estaba profundamente convencido que el Hombre es básicamente idéntico en todos lados y épocas en cuanto a sus necesidades básicas. Ésta es una convicción que Fromm cree poder deducir de su experiencia clínica. A partir del supuesto anterior Fromm llega a otro más, según el cual: "Existen en la realidad juicios de valor objetivamente válidos y que no se supeditan a cuestiones de gusto o creencia"3. La base de ambos postulados está dada por la perspectiva desde la cual Fromm ve al Hombre y ésta no es otra que la situación en la cual el Hombre llega al mundo por un lado y por otro lado las necesidades básicas que se derivan de su condición físico-mental y social. Por lo tanto Fromm entiende al Hombre desde una perspectiva materialista y define la salud mental desde una visión primariamente ética, es decir, se pregunta que es lo que hace bien al Hombre y que lo daña.

Erich Fromm fue un pensador que no dejó de lado el aspecto biológico de la vida humana, como se le ha criticado a veces. Su crítica a la teoría de la libido, por ejemplo, como modelo para la explicación de la motivación y del comportamiento, se basa -al contrario de la teoría freudiana-, en su concepto más amplio y menos mecanicista, que le otorga un espacio relativamente importante a la teoría de la libido, pero que no se queda en ella y la excede. El homo eroticus de Freud, es parte del hombre universal, de la naturaleza humana, pero no alcanza a explicarlo en toda su dimensión.

Fromm se remonta a dos cuestiones biológicas primarias de mucha importancia respecto del transcurso del desarrollo tanto filogenético como ontogenético. La primera de estas cuestiones es el debilitamiento del instinto, cuya posición está en relación inversa al desarrollo de la complejidad del sistema nervioso central. Cuanto más alto se posiciona un animal en la escala taxonómica, tanto más débil es su instinto afirma Fromm. Este hecho tiene por lo menos dos caras: una, que los automatismos instintivos en los seres vivos superiores no se dan según un modelo rígido de estímulo-reacción, sino que aquí existe una cierta flexibilidad. Esto podría ser en el peor de los casos peligroso, pero, y esta es la otra cara, esta situación posibilita al mismo tiempo un proceso de importancia decisiva: El aprendizaje, el cual se caracteriza por un amplio espectro de posibilidades, que pueden surgir durante el desarrollo del mismo. El debilitamiento del instinto por sí solo sería fatal, si no se hubiese desarrollado al mismo tiempo otra dimensión en la filogénesis, lo cual es para Fromm la segunda cuestión biológica básica: El desarrollo del cerebro. Éste alcanza su desarrollo máximo en los seres humanos, por lo cual el hombre es capaz de compensar los mecanismos instintivos menos desarrollados y desplegar a partir de ahí según Fromm dos fenómenos específicamente humanos: Cultura e historia.

El otro aspecto es la ontogénesis. Fromm afirma que no hay en todo el reino animal ninguna forma de vida tan desamparada e incapaz de sobrevivir -visto desde un punto de vista fisiológico- como el bebé humano. La inmadurez en todos los aspectos que un recién nacido manifiesta, es extrema. Un recién nacido librado a su suerte podría sobrevivir apenas un par de días. Esta falta de madurez no dura un corto lapso de tiempo, como en los animales, sino años. El humano recién nacido es extremadamente sensible a las temperaturas, no puede si quiera coordinar sus movimientos, ni reconocer un peligro determinado. El niño humano es más dependiente en comparación que cualquiera de sus escasos coetános -salvando todas las distancias dentro del reino animal-, ya que le falta el armamento instintivo indispensable y la madurez neuroana-tómica.

A pesar del gran tamaño del cerebro de un recién nacido, éste no le sirve de mucho a causa de su inmadurez. Es necesario crear determinadas condiciones para el desarrollo del cerebro.

El niño es al nacer el ser más débil de todos. Esta debilidad representa a la vez su fortaleza. Ningún otro ser viviente posee una capacidad semejante de aprendizaje, ningún otro puede desplegar tantas posibilidades y alternativas en el transcurso de su desarrollo, ningún otro puede alcanzar tan alto grado de libertad. Que todos estos potenciales puedan ser desarrollados o no, esto depende de una serie de condiciones del entorno que lo rodea. De manera crítica habría aquí que mencionar la abundante bibliografía existente en las últimas décadas de la investigación del lactante y de la primera infancia que muestran de manera contundente las habilidades comunicativas y emocionales (en especial la teoría del vínculo de John Bowlby y las investigaciones de Daniel Stern), que permiten al infante crear lazos afectivos fuertes que lo protegen del desamparo y del abandono. Sin embargo, estos estudios no ponen en cuestión la observación básica de Fromm de la inmadurez psico-motora y la dependencia frente al entorno físico-emocional del niño.

La situación humana específica

El hombre se encuentra en una situación particular, que lo define específicamente. Fromm la llama la Situación Humana y con eso quiere decir lo siguiente: Como el Hombre puede pensar gracias a la capacidad de su cerebro, ocurre con él algo que va a determinar gran parte su vida: Él trasciende la naturaleza. Él es parte de la naturaleza, pero a la vez puede reflexionar sobre ella y es consciente de sí mismo y de su situación de separación de la naturaleza. El viene de la naturaleza y no obstante, no forma con ella una unidad. El nacimiento corporal representa así el paradigma de su separación de ella. Fromm entendió precisamente de esta manera el mito bíblico del paraíso. Dice: "El hombre, que vive en el jardín del edén en absoluta armonía con la naturaleza, pero sin consciencia de sí mismo, inicia su historia con el primer acto de libertad, con la desobediencia de un mandamiento. Al mismo tiempo se transforma en él mismo, consciente de su particularidad y de su desamparo, es expulsado del paraíso y dos ángeles con espadas de fuego le impiden su regreso"4.

El Hombre es parte de la naturaleza, no obstante está separado de ella, porque la trasciende. Podría intentar recrear la armonía perdida, que tanto anhela. Pero esto resulta imposible. El puede, sin embargo, intentar crear una nueva armonía. De esto resultan según Fromm dos tendencias básicas: El hombre tiende como ser bio-psi-cológico al crecimiento, pero a causa de su origen tiende a regresar al seno materno. Progresión y regresión representan los polos a los que el hombre se inclinará, según el tejido personal y social. Ésta contradicción no puede quedar sin resolver. El Hombre intenta resolverla. Las soluciones estarán condicionadas nuevamente por el contexto socio-histórico y natural. Asimismo son limitadas, ya que el hombre no es ilimitadamente moldeable y sus necesidades tienen que ser resueltas de alguna manera.

El hombre tiene que, al igual que los animales, sobrevivir físicamente y luchar por eso. Sin embargo, según Erich Fromm, existe para el hombre un peligro específico. Fromm escribe: "Él (el Hombre) no solamente tiene que luchar contra el peligro por sobrevivir, no luchar por no morir de hambre y ser herido, sino también contra lo específicamente humano: El peligro de volverse loco. No sólo tiene que protegerse del peligro de perder la vida, sino también del peligro de perder la razón"5. Fromm es de la opinión, que el hombre está obligado a crear una nueva armonía con la naturaleza, ya que no podría soportar su separación ni un segundo, o bien podría enloquecer a causa de lo insoportable de este estado.

La consciencia de estar separado es una de aquellas contradicciones a las que Fromm denomina existenciales. A ella se le suma otra, la muerte. Fromm escribe: "El hombre es consciente de ella (de la muerte), y esta consciencia influye decisivamente en su vida [...] Le es algo sumamente extraño, que no puede asociar con ninguna experiencia de la vida"6. También esta contradicción existencial tiene consecuencias significativas. Otros dos hechos se encargan de que el hombre se diferencie de los animales y que a través de eso se vuelva específicamente humano: la razón y la capacidad de abstracción.

Todos estos factores, que determinan definitivamente la conditio humana, llevan a que el Hombre tenga ciertas necesidades, que si bien no pueden percibidas directamente, pueden ser explicadas a partir de sus actos. Esta es la consecuencia más importante que saca Fromm de su análisis y que fundamenta finalmente su concepto de salud mental: Producto de su situación específicamente humana con la cual el Hombre llega al mundo, esta determina en él ciertas necesidades que son insoslayables, pues deben ser satisfechas. De que manera estas necesidades son satisfechas es algo que dependerá sobre todo del contexto histórico-social y natural. La forma en que estas necesidades sean adecuadamente satisfechas o no determinarán finalmente el grado de salud mental que el Hombre pueda desarrollar. Lo interesante de este concepto es que puede entenderse como un concepto evolutivo abierto, puesto que no sabemos si el Hombre en su evolución desarrollará nuevo tipo de necesidades básicas y si las formuladas por Fromm siempre han estado presentes. Fromm tampoco dice en sus escritos que las necesidades básicas por él mencionadas sean las únicas y eternas.

Las necesidades básicas resultantes de la condición humana

Fromm define estas como las siguientes: La necesidad de vínculo, de un marco de orientación, de poder entregarse a algo, de arraigo, de identidad y de trascendencia.

La necesidad de vínculo

Como ya hemos visto, el hombre ha perdido para siempre la unidad original. Ahora es libre, pero se encuentra solo y ese estado lo angustia. Una completa y eterna separación no solamente lo torturaría, sino que lo llevaría también a la locura. Necesita crear nuevos lazos, nuevos vínculos con el mundo. La manera, en la que busca relacionarse depende de muchos factores históricos, culturales, familiares, socio-económicos y políticos. Si el modo específico de relacionarse que él desarrolla le permite crecer o coarta su libertad es en principio secundario. No es que la libertad no tenga importancia, pero libertad y vínculo pueden contraponerse dentro de un marco social determinado, lo que es demostrado por la historia y nuestro presente.

La necesidad de un marco de orientación y de un objeto de entrega

Fromm ve al Hombre en su situación primaria como ser desorientado. Lo que otorga a los animales un marco de orientación son sus automatismos de origen biológico, algo que el hombre no posee de manera tan desarrollada. El Hombre tiene que decidir continuamente para poder alimentarse, protegerse, procrearse etc, pero la brújula instintiva no le fue concedida al nacer y tiene que intentar orientarse de otra manera. El hombre dispone de razón y capacidad de abstracción e imaginación. Estas capacidades "lo llevan a orientarse en el mundo, no sólo de manera física, sino también espiritual y sensorial"7. La razón es el instrumento que le sirve para comprender la realidad objetivamente y llegar así a la verdad.

En relación a las necesidades de orientación y de entrega Fromm distingue dos planos. El primero y más importante es el existencial, el segundo define la calidad de vida. El existencial tiene que ver con la necesidad de algún tipo de marco de referencia. Si este es correcto o no, no es de importancia primaria. Y justamente, porque la necesidad es tan grande, la sociedad puede darle al hombre un marco de referencia inadecuado a sus necesidades básicas. Éste será, sin embargo, siempre mejor a que no pueda darle ninguno. Este primer plano determina, según Fromm, la salud o la enfermedad mental.

El segundo plano define la felicidad o la desgracia, es decir la calidad de vida. Aquí se trata de la cuestión del contacto con la realidad a través de la razón. Cuanto más desarrollada sea la razón, tanto más objetivo será el contacto con la realidad y tanto menos tenderá el hombre a enajenarse. La orientación se volverá por tanto más amplia. Fromm es de la opinión, que no basta únicamente el marco de referencia para ser capaz de actuar. Él escribe: "El hombre necesita también una meta, que le indique hacia donde tiene que ir"8. Aquí se trata de la entrega, de su fervor o pasión por algo. El entregarse de lleno a algo hace al hombre capaz de actuar, porque integra y canaliza la energía humana en una dirección determinada. A partir de ahí el hombre supera su existencia aislada, con todas sus dudas e inseguridades y le otorga sentido a su vida. "Cuando se entrega fuera de su yo aislado, se trasciende a sí mismo y abandona el encierro de su relación absoluta con sí mismo"9.

La necesidad de arraigo

Si continuamos con la metáfora del paraíso, llegaríamos a una nueva afirmación: Cuando el hombre es expulsado del paraíso, pierde su patria, sus raíces naturales. No puede volver, sólo le queda buscar y encontrar una nueva tierra, echar nuevas raíces. Exactamente así es la situación fisio-anatómica del ser humano. El niño abandona el seno materno contra su voluntad, pierde su tierra madre, es separado de su madre y pierde sus raíces. "Únicamente puede prescindir de sus raíces naturales, al encontrar nuevas raíces, y sólo después de haber encontrado ese nuevo arraigamiento, puede volver a sentirse en el mundo como en casa"10. Así explica Fromm dos fenómenos a la vez. El primero es el fuerte vínculo del niño con su madre y el segundo es el complejo de Edipo, el cual Fromm somete a una relativización considerable. Sin renegar de los elementos sexuales en el complejo de Edipo, Fromm cree que la tendencia incestuosa del niño hacia a su madre es la expresión de una necesidad profunda: De la necesidad de seguridad y arraigo pri-mordialmente, que alguna vez le fueran otorgadas al niño a través de su madre y no una necesidad sexual primaria hacia la madre.

Tan importante como el vínculo hacia la madre es la creación de nuevos vínculos. La fijación del vínculo con la madre bloquea el desarrollo del individuo. No lo deja crecer. La psicopato-logía nos muestra cantidades de ejemplos acerca de las consecuencias de tal fijación.

El hombre tiene una sola posibilidad, si quiere ser sano, poder desarrollarse y sentirse como en casa postula Fromm: Encontrar una nueva tierra, crearla y echar nuevas raíces. Esto se logra relacionándose con otros.

La necesidad de identidad

Esta necesidad tiene su origen en las bases de la propia naturaleza humana: El Hombre experimenta un proceso de individualización, es decir, se torna consciente de sí mismo y de su separatidad, porque ya no conforma una unidad con la naturaleza y posee razón y también capacidad de abstracción. Puede decir "yo" y puede también diferenciarse de otros hombres. El animal, al no trascender la naturaleza, no tiene necesidad de identidad. Según Fromm: "El animal es vivenciado, el Hombre, por el contrario, se vivencia a si mismo"11. Justamente por ese motivo necesita "sentirse el sujeto de sus propios actos"12.

El término identidad describe un proceso complejo. En las distintas sociedades que conocemos hasta hoy, el Hombre ha encontrado o descubierto diferentes caminos para satisfacer su necesidad de identidad. El proceso de identidad está condicionado históricamente. Para ilustrar esto, Fromm da un ejemplo: "En el mundo medieval cada individuo era identificado a través de su rol social dentro de la jerarquía feudal. El campesino no era un hombre, que casualmente se hubiese vuelto campesino; el señor feudal no era un hombre que por casualidad hubiese llegado a señor feudal. Eran campesinos o señores feudales, y ese sentimiento de estado constante era parte esencial de su sentimiento de identidad. Luego, con el derrumbe del sistema feudal, ocurre una conmoción en el sentimiento de identidad y se suscita la profunda cuestión: ¿Quién soy?"13.

El segundo plano del sentimiento de identidad abarca otra dimensión, la de la relación. Tan pronto como el niño pueda decir "yo", se volverá consciente de su separatidad. Este estado no está libre de angustia. El Hombre dispone en este plano sólo de algunas alternativas. En condiciones ideales puede desarrollar el sentimiento de identidad a través de la afirmación de la propia individualidad. En condiciones algo más desfavorables el Hombre creará un sentimiento de identidad a través de la identificación con su raza, nacionalidad, religión, etc. Abandonará su individualidad y dirá "yo soy nosotros"14.

Si el hombre no puede superar el estado preindividual, porque por ejemplo, su madre no estimula y permite su tendencia a la autonomía, entonces ese hombre no podrá decir "yo". Su sentimiento de identidad existe únicamente en comunión con la madre y en el fondo no se podrá hablar de individualidad, ya que ese hombre no se percibe como un ser distinto. Se sentirá protegido y seguro en presencia de su madre, pero será incapaz de desarrollar las capacidades que lo definen como Hombre. El precio de la simbiosis es la falta de desarrollo de su unicidad y de la humanidad que lo habita.

En nuestra sociedad muchos hombres exteriorizan un tipo de identidad, que, según Fromm, está constituida sobre el conformismo de masas. Esta percepción de identidad le otorga al hombre también seguridad y una cierta protección. El precio a pagar es en la mayoría de los casos, la limitación de la propia libertad y del desarrollo, y con esto también de la salud mental y la felicidad.

La necesidad de trascendencia

El Hombre trasciende la naturaleza a través del simple hecho de ser Hombre. Es una forma fáctica, pero también pasiva de trascender. Fromm es de la opinión, que el hombre tiene, como criatura, la necesidad de trascender la naturaleza también de manera activa. "El Hombre", escribe, "es introducido en el mundo sin saberlo, sin su consentimiento, sin su deseo, y es vuelto a sacar de ahí, sin haberlo consentido ni deseado" y continúa "no puede darse por satisfecho con el papel pasivo de criatura; con el papel de dado, que fuera arrojado del cubilete. El papel de ser creado lo oprime tanto, así también como el azar y la pasividad de su existencia como criatura que trata de superar este estado de cosas convirtiéndose en su propio creador"15.

Fromm reconoce en esta necesidad una de las raíces humanas del fenómeno creativo: el arte, la religión y la producción material. También el amor, entre otras cosas, tiene aquí su fundamento. Lo creativo no es considerado aquí un mecanismo de defensa en el sentido psicoanalítico (llamado sublimación), sino más bien una necesidad humana específica, que es entonces despato-logizada.

La necesidad de trascender puede aparecer como un aspecto creativo-productivo. En cambio el hombre que por algún motivo no puede ser creativo-productivo, necesitará satisfacer esa necesidad de otro modo. Se le ofrece entonces otra posibilidad: Si no puede producir vida, ni arte, ni ninguna otra cosa, entonces puede alcanzar la satisfacción de la necesidad de trascender a través de la destrucción de la vida y de lo vivo.

Individuo versus Sociedad

A diferencia de Sigmund Freud, Erich Fromm no parte de un conflicto o de un antagonismo inmanente entre individuo y sociedad. Freud era de la idea, de que el Hombre es naturalmente un ser asocial, que debe ser domado, para que la vida social le sea posible. El Hombre freudiano libra una batalla contra la sociedad, quien lo imposibilita de satisfacer sus impulsos y sus pasiones sin demora alguna y sin tomar en consideración a los otros. La cultura es, por lo tanto, el resultado de un proceso represivo que afecta especialmente a la vida sexual. Fromm no reconoce a ningún hombre no socializado y la cultura no es necesariamente la consecuencia de una represión de las pulsiones según él.

El Hombre establece desde muy temprano un vínculo con otros. La investigación de las últimas décadas sobre la primera infancia ha hecho valiosos aportes al respecto. Remitámosnos a los trabajos de Rene Spitz, John Bowlby, Margaret Mahler, Daniel Stern y otros quienes han revolucionado nuestra percepción de la vida durante la primera infancia.

El Hombre llega a una sociedad determinada, que lo moldea en gran parte. El niño incorpora no sólo de una forma pasiva las costumbres y valores de su sociedad. También necesita adaptarse activamente a las condiciones socio-económicas y culturales, si quiere tener alguna chance en su sociedad de satisfacer sus necesidades. El resultado de este proceso es la formación del carácter de un individuo, que según Fromm, puede entenderse como una suplantación de lo instintivo y así de un instrumento para su vida en sociedad.

Fromm formuló el concepto del carácter social, derivándolo del concepto freudiano del carácter individual, partiendo de la hipótesis, que la sociedad moldea a sus integrantes de un modo específico para esa sociedad, de manera tal que se puede hablar de una matriz común, la cual por su parte tiene su origen en las exigencias socioeconómicas propias de esa sociedad. A diferencia de Freud el concepto del carácter social permite precisamente establecer la interacción entre el individuo y su sociedad y como esta última plasma la personalidad individual. De ahí se deduce la idea de que una separación tajante entre individuo y sociedad no sólo sea sostenible.

La salud mental

"Nuestro concepto de salud mental depende de nuestro concepto de la naturaleza del Hombre"16, dice Fromm. Esta frase parece haber sido copiada por los autores del libro antes citado (Der Krankheitsbegriff in der modernen Psycho-therapie), en el cual se lee que ha de tenerse presente: "La visión del Hombre y la teoría de la personalidad...de los fundadores de teorías y escuelas psicoterapéuticas"17. Hemos visto, que la vida psíquica -así como la fisiológica- están sujetas a ciertas leyes determinadas. También hemos establecido que la adaptación a los requerimientos de una sociedad determinada no son siempre sinónimo de salud mental. El mero hecho de funcionar en la sociedad nada nos dice respecto del estado mental de sus miembros. Si los integrantes de una sociedad funcionan bien y se adaptan, pero al mismo tiempo se aburren, beben demasiado, pasan largas horas frente a la televisión y no pueden gestar su vida de manera creativa y espontánea, entonces la conclusión es que ocurre algo poco saludable. En analogía al concepto de carácter social versus carácter individual Fromm formuló un concepto, que posibilita hacer una distinción entre neurosis individual y aquellos fenómenos colectivos, que no son considerados en principio neuróticos. Algunas escuelas psicoterapéuticas distinguen en este sentido entre "patología clínica" y "patología de la normalidad".

En el caso de una sociedad, en la que los Hombres manifiestan ciertos síntomas colectivos, pero que no se manifiestan por ejemplo como neurosis, Fromm habla de un defecto soáalmente predeterminado. Si todos o la mayoría de los miembros de una sociedad manifiestan ese tipo de defecto, entonces ocurre lo siguiente: "él (el individuo) no lo percibe como un defecto, y su seguridad no peligra por tener la sensación de sentirse diferente, un marginal. Lo que puede perder en cuanto a su riqueza interior y a su verdadero sentimiento de felicidad será compensado por la seguridad que le da el sentimiento de pertenecer al resto de la humanidad "así como él la conoce"18. Toda sociedad crea, en todo caso, determinados antídotos, que le permiten al hombre "vivir con un defecto sin enfermarse"19. Fromm emplea aquí la palabra enfermo en un sentido corriente. Si sacáramos de circulación por un tiempo estos antídotos en nuestra cultura, la televisión o el fútbol, entre otros, entonces presenciaríamos la manifestación de muchos problemas que entonces calificaríamos de neuróticos. Esta hipótesis fue confirmada empíricamente. En el marco de una investigación sobre el papel de la televisión en la comunicación dentro de la familia, se les pidió a diferentes familias sencillas, que pasaran una semana sin la televisión. El resultado fue sorprendente: No sólo se manifestaron cantidades de problemas de comunicación en las familias, sino también, paralelamente a eso, se dio una serie de fenómenos psicosomáticos, que llegaron inclusive hasta ataques de nervios. Luego de una semana, al ser devuelto, el aparato fue recibido como un hijo perdido.

Este ejemplo abre una interesante dimensión, que fácilmente es pasada por alto. El Hombre puede adaptarse a muchas situaciones incómodas, pero si sus necesidades básicas no están siendo satisfechas, reacciona. El reacciona a través de manifestaciones funcionales o psicosomáticas, reacciona a través de la apatía o del mal humor. Su reacción muestra, que posee un núcleo, que no es infinitamente moldeable. La televisión es un antídoto, cuya presencia pone en claro, lo que ocurre bajo la superficie del conformismo y de la adaptación. Si alguien es sometido a insomnio, probablemente manifestará irritabilidad, una conducta agresiva, impulsos descontrolados. Si alguien manifiesta esas mismas reacciones, porque el televisor se ha descompuesto, entonces esto significa algo bien diferente.

¿Y qué es lo que ocurre con la neurosis? ¿Con la psicosis? Si la adaptación y el funcionar de un individuo fallan en el marco de una sociedad determinada, se está frente a una de estas dos enfermedades. Fromm hace aquí la siguiente distinción: neurosis es una falla parcial, psicosis una total en la adaptación y en el funcionar.

Cuando un hombre -en un sentido corriente- enferma de neurosis, cabe preguntarse, ¿qué factores lo llevaron a manifestar esta problemática? Aquí surgen también otras cuestiones:

1. ¿Cómo se expresa una patología determinada en este hombre?

2. ¿Cómo debe entenderse, que justamente éste y no otro hombre se enferme, si bien la sociedad ejerce su influencia en igual medida sobre todos sus integrantes?

3.  ¿Es la manifestación de una sicopatología un signo de un desarrollo individual defectuoso, de una sensibilidad patológica o será que aquellos hombres, que manifiestan una enfermedad, son más sanos que los normales, porque reaccionan a través de síntomas psíquicos ante una sociedad, una familia o una empresa insana?

La manifestación de síntomas neuróticos hace evidente, según Fromm, en primer lugar la falla de aquellos mecanismos que impiden que un defecto socialmente predeterminado se manifieste, demuestra que el antídoto no ha hecho efecto. ¿Por qué el antídoto no haría efecto en todos los miembros de una sociedad? En una conferencia en Septiembre de 1964 en NET Cork Fromm diría lo siguiente: "Durante el transcurso de mi trabajo psicoanalítico y a través de mi propia experiencia llegué [...] a estar cada vez más convencido, de que la simple idea, de que el peso de la neurosis es proporcional al peso de las circunstancias traumáticas y contextúales, no es cierta. Cuando uno descubre que sus pacientes homosexuales vivieron con una madre exigente y un padre débil, entonces se puede formular con esto una teoría que explique la homosexualidad. Ciertamente uno tiene también unos diez pacientes más, que tuvieron un padre igualmente débil y una madre tan exigente como los otros, pero no fueron homosexuales"20. Se trata aquí de la cuestión de la constitución. Fromm concibe a la constitución de una manera más amplia que Freud. Curiosamente en los últimos años han aparecido una cantidad importante de estudios que demuestran que con gran probabilidad la homosexualidad es un fenómeno bastante repandido y que es determinado durante el tiempo de gestación del embrión humano, es decir que es primariamente un fenómeno ontogenético y no uno determinado psicogenéticamente.

Llegamos aquí a una etiología multifactorial de enfermedades mentales. Tres factores, por lo menos, juegan aquí un papel significativo. El primer factor es la constitución fisio-anatómica derivada de la genética. El segundo factor es la condición humana con sus necesidades básicas. El tercer factor es el contexto representado fundamentalmente por la sociedad y la familia. Ya que no es posible modificar los factores constitucionales lo determinante para la salud mental ocurre entonces "entre la naturaleza humana y la sociedad21".

Estas consideraciones tienen a su vez consecuencias terapéuticas importantes. Una de ellas es: La terapia ya no es, según esta idea, el lugar, donde se repara a los hombres -como en un taller mecánico-, para que vuelvan a ser capaces de adaptarse y funcionar; sino que es un lugar, en el que el Hombre ocupa el centro y en el que el tema es su interacción con su entorno, con su sociedad. Otra consecuencia es que se llega a una comprensión diferente de la enfermedad y salud mental. Será necesario ampliar en análisis. Este deberá incluir el contexto en el cual se manifiestan ciertos signos mentales. La perspectiva unilateral del Hombre separado de su contexto puede llevar a la cronificación de los síntomas y al desgaste de recursos humanos y materiales sin llegar a solución alguna.

Erich Fromm se dedicó también al tema de cómo se logra un estado de salud mental en la sociedad en la cual él vivió. Sobre esto escribió: "La salud mental tiene que ver para mí con la superación del narcisismo y con esto, para formularlo de un modo positivo, alcanzar la meta del amor y la objetividad; con la superación de la enajenación y así alcanzar identidad e independencia; con la superación de la enemistad y con ello la capacidad de vivir pacíficamente y finalmente lograr ser productivo, que significa la superación de la fase arcaica de canibalismo y de dependencia"22.

La salud mental es así también entendida desde una perspectiva ética. Fromm parte de la base que así como hay cosas buenas y malas o la fisiología del Hombre, también las hay para la vida mental. Ciertas cosas estimulan el desarrollo del hombre y otras lo impiden. Como el hombre y la sociedad forman una unidad y ya que la sociedad ejerce una gran influencia sobre el Hombre, es imposible separar la salud mental de la sociedad en cuestión. Así reformuló Fromm la conocida frase latina en: "Mens sana in societate sana23" .

Recibido: 19 de diciembre de 2008 Aceptado: 19 de mayo de 2009

Referencias

1. Buchinger K. Zur Geschichte des Krankheitsbegriffes: Über das Verhaltnis von Krankheit und Schuld. In Der Krankheitsbegriff in der modernen Psychothe-rapie. Alfred Pritz, Hilarión Petzold (Hrsg.). Junfermann-Verlag. Paderborn, Alemania. 1992. [1].        [ Links ]

2. Fromm E. Die Pathologie der Normalitcit. Schriften aus dem Nachlass. Band 6. Beltz Verlag. Weinheim, Alemania. 1990. [1,3,4,22,23].        [ Links ]

3. Fromm E. Wege aus einer kranken Gesellschaft. Gesamtausgabe. Band 4. Beltz Verlag. Weinheim, Alemania. 1990. [7, 10, 11, 13, 14, 15, 16, 18, 19, 21].        [ Links ]

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5. Fromm E. Anatomie der menschlichen Destruk-tivitat. Gesamtausgabe. Band 7. Beltz Verlag. Weinheim, Alemania. 1990. [8,9]        [ Links ]

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7. Fromm E. Von der Kunst des Zuhórens. Schriften aus dem Nachlass. Band 6. Beltz Verlag. Weinheim, Alemania. 1990. [20]        [ Links ]

8. Pritz A, Petzold H (Hrsg.). Der Krankheitsbegriff in der modernen Psychotherapie. Junfermann-Verlag. Paderborn, Alemania. 1992. [17].        [ Links ]

9. Ubilla E. Fromms Verstándnis von seelischer Gesundheit. In Der Mensch ist kein Ding. Jürgen Meier und Fritz Bremer (Hg.) Paranus-Verlag. Neumünster. Alemania. 1996. [2].        [ Links ]

Correspondencia:

Enrique Ubilla Godeffroystrasse 6, 22587 Hamburgo, Alemania.


www.scielo.cl/pdf/rchnp/v47n2/art08